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Cómo come Guatemala

Actualizado: 14 abr 2021

En el marco de la pandemia el problema de seguridad alimentaria se mantiene y este año la crisis por coronavirus lo agudiza, la escasez de ingresos, la baja productividad agrícola y el aumento de desempleo ha contribuido a empeorar la situación


Por: Grethel Díaz

Créditos: Prensa Libre

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De acuerdo con los datos de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional, en el último pronóstico la inseguridad alimentaria severa aumentó, de 11.6% en 2019 a 47.9% en 2020. La escasez de ingresos, la baja productividad agrícola y el aumento de desempleo ha contribuido a empeorar la situación.


Milton Orozco, de la Organización para la Alimentación y la Agricultura—FAO—, señala que la temporada de lluvias representa un período de incertidumbre para las familias que dependen de sus cosechas.


“Las cosechas del año se terminan en estos meses, por lo que se acerca una etapa delicada en cuanto al acceso a alimentos. El inicio de la temporada lluviosa marca un período de hambre ya que las familias comienzan a quedarse sin granos básicos, especialmente: maíz y frijol.” Aseguró Orozco


Esto se refleja en el aumento de los casos de desnutrición aguda, la (SIINSAN) ha registrado 21,007 casos de desnutrición aguda y 13 fallecidos.

A diferencia de la desnutrición crónica, la desnutrición aguda se debe a períodos prolongados de hambre o enfermedad.

De acuerdo con el pronóstico de Seguridad alimentaria y nutricional publicado por la SESAN, en los próximos meses, se espera que los precios del maíz blanco y el frijol negro muestren una tendencia a la disminución.


En las evaluaciones de seguridad alimentaria realizadas por el Programa Mundial de Alimentación (PMA) y Oxfam, se ha observado una disminución en el consumo de frijol negro, principalmente en las familias que están en situación de inseguridad alimentaria aguda severa.

La seguridad alimentaria es el estado en el cual las personas gozan en forma oportuna y permanente de acceso a los alimentos que necesiten en calidad y cantidad para su adecuado consumo. En Guatemala el 15.8% de la población se encuentra en inseguridad alimentaria.

El frijol negro y el maíz representa una fuente significativa de proteína en la dieta de estas familias. Jessica Coronado, Coordinadora de Nutrición y Salud en Acción Contra el Hambre, Guatemala, señaló diversos factores que influyen en el aumento de casos de desnutrición aguda.


“En los casos de desnutrición aguda influyen diversos factores: la temporada de lluvias aumenta los casos de enfermedades respiratorias y enfermedades diarreicas, este es un factor muy fuerte al que están expuestos los niños menores de cinco años. Las condiciones de saneamiento ambiental también influyen, donde hay pisos de tierra también influye en que los niños puedan enfermarse.” Aseguró Coronado.


En el 2019 el Ministerio de Salud y Asistencia Social registro 3,632,071 casos de morbilidad por infecciones respiratorias agudas, San Marcos es uno de los departamentos con la mayor cantidad de casos, con un total de 393, 381.


San Marcos, Huehuetenango, Escuintla y Alta Verapaz son los departamentos que presentan el índice más alto en desnutrición aguda.


Las condiciones de saneamiento ambiental también influyen, donde hay pisos de tierra también influye en que los niños puedan enfermarse, agregó Jessica. Los datos de la VI Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (ENSMI) publicado en el 2017 muestra las características de los hogares del país. El 29.5% de las viviendas tienen piso de tierra o arena y un 10.5% tiene acceso al agua a través de un pozo mecánico.


El panorama es incierto debido a la pandemia, no hay ingresos.

La temporada de siembra representa un ingreso para las personas en las comunidades del país. En la mayoría de casos de desnutrición aguda las familias no tienen otro ingreso, dependen del trabajo que se da por temporadas.


Por lo general la temporada de jornales empieza de noviembre a enero. Sin embargo, dependerá de las proyecciones de los productores para la cantidad de mano obra a contratar. Coronado señaló que se espera un incremento en los casos de desnutrición aguda y las familias en inseguridad alimentaria.


“Esperamos que haya un incremento de casos, no solo de desnutrición aguda, también de familias que necesitan apoyo en cuanto a su seguridad alimentaria porque por el tema de la pandemia va a ser difícil, ahorita empieza la temporada de corte de café. Es le periodo de noviembre a enero, pero va a depender de si a los productores de café les fue bien para contratar personas, puede que haya una recuperación ya que la gente genera ingresos, pero eso no garantiza que las personas puedan tener alimentos todo el año porque lo que se gana en el jornal es alrededor entre 30 y 50 quetzales, no se puede mantener una familia con esa cantidad, si esperamos que aumente la cantidad de personas que necesitan de ayuda para la seguridad alimentaria.”

El costo de la Canasta Básica Alimentaria es de Q 3,675.16, sin embargo, se mantiene una enorme brecha entre el costo de esta y el salario mínimo. En 2020 el salario oficial agrícola y no agrícola por mes es de Q 2,992.37.


La FAO reporta que el promedio del jornal agrícola diaria es de Q 65. Este valor se encuentra debajo del salario mínimo legal vigente.


Programas de respuesta durante el COVID-19

De acuerdo con datos del Ministerio de Desarrollo Social, 2,030,306 personas han sido beneficiadas con el desembolso del Bono Familia, este consiste en una transferencia monetaria de Q1,000.


El pasado 13 de agosto el Icefi presentó una propuesta para que continúe el programa de bono familia para las personas afectadas por la crisis económica. Juan Carlos Rivera de bancada Victoria asegura que es algo que pueden considerar y señala que es necesario que analizar el uso de recursos que hace el Estado.


“Habría que evaluar el monto para que el programa pudiera continuar, ICEFI propone aumentar los impuestos, pero antes de pensar en subir los impuestos tenemos que analizar la forma en la cual el gobierno ha administrado los recursos. El Estado y los funcionarios públicos tiene muchos privilegios y creo que Guatemala en este momento debe empezar a limitar los privilegios de los funcionarios. Aseguró, Rivera.


Para el 2021 el gobierno ha anunciado que destinara 5.6 millones de quetzales para el Plan Operativo Anual de Seguridad Alimentaria y nutricional, con el objetivo de reducir el índice de desnutrición. Además, la Organización de las Naciones Unidas aportara alrededor de 7 millones de quetzales al proyecto.

Por otro lado, Gustavo García, analista jurídico de ASIES, analiza el marco legal de estos programas y señalo los efectos que podría tener declarar la desnutrición como una emergencia nacional.


“El problema es que, aunque el congreso lo declare, ese sería solo el punto de partida. Hay muchas instituciones que tendrían que atender a ese requerimiento, yo creo que las dificultades están en la parte política y en los presupuestos. El problema incide en: voluntad política, alcanzar acuerdos y los recursos financieros.”


Educación alimentaria ¿una solución viable?

Andrea Aldana de la Defensoría de Seguridad Alimentaria y Nutricional, señaló que la educación alimentaria es necesaria para erradicar la desnutrición.


“En cualquier comunidad hay una tienda en la que no faltan las gaseosas, las golosinas, las sopas instantáneas, considero que debemos cambiar los patrones de consumo. En lugar de alimentos que son accesibles económicamente pero que resultan dañinos, optimizar los recursos, con lo que cuesta una sopa instantánea puede comprarse un huevo o una libra de arroz.” Opinó Aldana



Jessica Coronado Coordinadora de Acción Contra el Hambre, señaló que es necesario tomar en cuenta el contexto para hacer de la educación alimentaria una solución viable.

El consumo es un problema, pero tenemos que tomar en cuenta el contexto. Las personas acceden a alimentos a través de las pequeñas tiendas que están en sus comunidades y consumen lo que tienen a su alcance. Es muy difícil que tengan acceso a una bolsa de incaparina.

En las comunidades la gente no la compra, porque tienen que priorizar el dinero, son 30 quetzales con los que se debe alimentar a una familia de 4 a 5 personas. No descarto este tema, señaló Juárez, pero la educación alimentaria debe ser orientada a alimentos que ellos tengan a su alcance, a lo que tienen acceso se reduce a cinco alimentos: maíz, frijol, azúcar, tomate, cebolla y café.


“Es difícil alimentar a sus familias, hay casos en los que no tienen suficiente para comprar frijol y priorizan la compra de maíz y complementan con algún tipo de hierba. Considero que no es una preferencia, es un problema económico. Si tú tienes 4 hijos y un huevo te cuesta Q 2.00 en el puesto de la comunidad, pero con esa cantidad puedes comprar una sopa o una bolsita que te alcanza para alimentar a todos, obviamente eliges la opción que te alcance para todos.”

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