En el 2009 Panamá solicitó retirarse, pero no lo logró, convirtiéndose en el primer país que lo ha intentado
Este jueves, el analista e investigador del Parlamento Centroamericano (Parlacen), Eduardo Bolaños, se pronunció sobre la posible salida de Guatemala del organismo internacional: “para que Guatemala pueda salirse de este tratado internacional, el Poder Ejecutivo debe de aprobarlo y tiene que ser unánime, cosa que veo muy difícil que suceda, porque es una iniciativa de un partido político, no del gobierno”, sostuvo.
Por su parte, el diputado de la bancada Distrito Central, Cristian Álvarez, opinó que el Parlacen es: “tomarse un café con los demás países centroamericanos”. Con el propósito de mantenerse integrados y apoyarse entre sí. “Puede que necesite ser reformado, el dinero designado es mucho, pero necesario para mejorar la movilidad comercial”, concluyó Álvarez.
Rudio Lecsa, diputado del partido Humanista, propuso el 13 de febrero que Guatemala se retire de este acuerdo internacional. El analista político, Hugo Novales comentó: “no se ha hecho un análisis profundo y empírico de qué exactamente no se ha hecho bien en la Asamblea”. Antes de entrar a una discusión, como propone la bancada Humanista, se debe de aclarar lo que buscan solucionar con esta medida.
“La salida de Guatemala no sería favorable para los acuerdos internacionales que han sido suscritos”, agregó Novales.
Para retirarse del tratado se debe de tener la aprobación de todos los miembros, el intento de Panamá en el 2009 no funcionó ya que Guatemala y Nicaragua votaron en contra de la propuesta.
En el 2019, esta fue la institución con más votos nulos, los ciudadanos demostraron descontento, a pesar de que unifica los criterios de los Estados centroamericanos tratando de crear normas para ayudar al desarrollo de la población.
“El problema es que los ciudadanos no ven los beneficios que tiene para el país, porque no forma parte de su día a día”, aclaró Fernando Carrera, abogado e internacionalista.